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noviembre 5, 2020
El mundo digital es uno de los pilares fundamentales de la sociedad actual. La sanidad se está adaptando a la nueva realidad imperante, empleando nuevas formas de cuidar la salud: una de las más importantes es la “telemedicina”.
La telemedicina consiste en la comunicación interactiva a tiempo real entre el médico y el paciente, para la prestación de servicios sanitarios. Este sistema, cada vez más extendido, ejerce un impacto real sobre la salud, debido a sus importantes beneficios.
Entre ellos sobresale la eliminación de desplazamientos innecesarios; la disminución de los costes y de los inconvenientes derivados de los traslados; la circulación más fluida de información entre pacientes y profesionales; la atención médica en cualquier lugar y momento y la mayor colaboración entre profesionales sanitarios.
El uso de la telemedicina modifica la perspectiva sanitaria anterior. Por un lado, capacita al paciente para tomar las riendas de su propia salud, por otro, hace posible que los profesionales sanitarios puedan reconocer a distancia al enfermo, completar su historia digital y solicitar el asesoramiento de otros especialistas. Y, por último, permite a los centros diagnósticos controlar los datos biométricos transmitidos por los pacientes.
Las consecuencias son altamente positivas: numerosos estudios ponen de manifiesto que esta tecnología contribuye a disminuir el uso de la atención primaria, las visitas a urgencias, los ingresos hospitalarios o la morbilidad.
La telemedicina, clave para el seguimiento de las enfermedades crónicas
Esta es una tecnología especialmente decisiva en el caso de las enfermedades crónicas, ya que permite un mayor control y una mejor comunicación con los pacientes de este tipo, así como la integración en un sistema de respaldo médico, con registro de datos biométricos.
La telemedicina ya ha demostrado sus efectos sobre la calidad de vida de pacientes con dolencias crónicas como la diabetes, la hipertensión, la obesidad o la insuficiencia cardiaca. Les dota de una mayor autonomía, promueve los autocuidados y obtiene un nivel superior de adherencia al tratamiento. Así, se logra una mejor evolución de las enfermedades crónicas y se ralentiza la llegada de las complicaciones asociadas a estas dolencias.
Una de las funcionalidades más innovadoras y prácticas de la telemedicina son los sistemas de monitorización de pacientes a distancia empleados, particularmente por los pacientes de enfermedades crónicas que requieren un control continuo. Gracias a una serie de dispositivos electrónicos, es posible registrar parámetros como el peso corporal, el ritmo cardíaco, la presión arterial, la actividad del sueño, el colesterol o la glucosa. Así se logra la detección de posibles alteraciones y la rápida actuación por parte de los profesionales médicos para mantener estable la salud de los pacientes crónicos.
Las enfermedades crónicas afectan a la salud de los españoles
Y es que la cronicidad es un problema serio en nuestro país. Según la Encuesta Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad, aproximadamente el “60% de los españoles mayores de 15 años presenta alguna patología crónica”. Además, según los datos aportados por las Sociedades Españolas de Medicina Interna (SEMI) y de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), “las patologías crónicas están detrás del 80% de las consultas de atención primaria, el 60% de ingresos hospitalarios y el 85% de los pacientes ingresados en Medicina Interna”.
En esta línea, el Dr. Ricardo Gómez Huelgas, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Externa, afirmó que “las diferentes tecnologías aplicables a la telemedicina jugarán un papel clave para reforzar los modelos de atención a los pacientes crónicos”, facilitando el seguimiento de estos e incorporando parámetros biológicos, fisiológicos y biométricos.
Pero el desarrollo de la telemedicina es imparable y no se va a limitar solo a los pacientes que presenten alguna dolencia crónica. Con el escenario ante el que nos encontramos – envejecimiento de la población, incremento de la movilidad ciudadana, mayor dispersión demográfica- la telemedicina supone un canal idóneo para asegurar una asistencia médica de calidad, segura y confidencial.
Además, el paciente de la nueva era digital exige un cuidado de la salud más personalizado, constante y directo y la telemedicina es una de las herramientas que pueden proporcionárselo.
Así, según el estudio ‘360 Wellbeing Survey 2019: Well and Beyond‘ -realizado por la aseguradora de salud Cigna-, el 77% de los españoles reconoce que las nuevas tecnologías le están ayudando a mejorar su salud. Para casi la mitad de los encuestados (48%) el principal aliciente en la utilización de soluciones de telemedicina es poder realizar consultas médicas o ser diagnosticado por un profesional de la salud a través del móvil o el ordenador.
Cada vez es más evidente que el futuro de la salud pasa por la telemedicina. En un futuro cercano, esta tecnología formará parte de la vida de las personas y tendrá un papel determinante para reducir los ingresos hospitalarios y los costes sanitarios, así como para impulsar un estilo de vida más saludable en la sociedad.
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